El Departamento de Justicia de Estados Unidos y más de una docena de estados han presentado una demanda contra Apple en un tribunal federal, acusándola de violar las leyes antimonopolio al hacer que sus productos de hardware y software sean en gran medida inaccesibles para los competidores. La demanda se centra en la estrategia de Apple conocida como el “walled garden”, que dificulta que los rivales compitan y que los clientes cambien a productos de otras compañías.
La acusación llega poco después de que la Comisión Europea multara a Apple con 1.800 millones de euros (1.950 millones de dólares) por impedir a los desarrolladores de servicios de transmisión de música informar a los usuarios de iOS sobre servicios de suscripción de música alternativos y más baratos disponibles fuera de la App Store. El fiscal general Merrick Garland afirmó que “Apple socava aplicaciones, productos y servicios que de otro modo harían que los usuarios fueran menos dependientes del iPhone” al ejercer su poder monopolístico para extraer más dinero de consumidores y otros actores del mercado.
La denuncia alega que Apple ha monopolizado ilegalmente el mercado de aplicaciones de software al bloquear aplicaciones innovadoras y servicios de transmisión en la nube, dificultar que los mensajes de Android aparezcan en iPhones, obstaculizar plataformas de pago rivales y restringir cómo se integran los teléfonos inteligentes competidores con los dispositivos iOS. Según la denuncia, Apple refuerza su monopolio de teléfonos inteligentes no haciendo que sus productos sean más atractivos para los usuarios, sino desalentando la innovación que amenaza su posición dominante en el mercado.
Apple ha emitido un comunicado en el que sugiere que la demanda obstaculizaría su capacidad para seguir desarrollando los tipos de dispositivos y software que la han convertido en una de las compañías más valiosas del mundo. Adicionalmente, la empresa afirmó que la demanda, de tener éxito, “sentaría un precedente peligroso, dando poder al gobierno para tomar un papel predominante en el diseño de la tecnología de las personas”.
La demanda contra Apple es la última evidencia del creciente escrutinio del gobierno sobre los principales actores de la industria tecnológica, con casos similares contra Google, Amazon y Meta en años anteriores.