En un sorprendente incidente en Hong Kong, estafadores han utilizado la peligrosa tecnología de deepfakes para perpetrar un audaz robo de $25.6 millones a una empresa multinacional. El empleado afectado, un trabajador financiero, fue contactado por los delincuentes que se hacían pasar por el director financiero del Reino Unido de la empresa. A pesar de sus sospechas iniciales sobre transacciones secretas, los estafadores utilizaron deepfakes en una videollamada, donde cada persona con la que interactuó resultó ser una representación falsa creada con clips de video público de personas reales.
Bajo la falsa apariencia del CFO y otros miembros reconocibles de la empresa, los deepfakes instaron al empleado a realizar 15 transferencias bancarias por un total de $25.6 millones a cinco cuentas locales. Crearon una atmósfera de urgencia, y la llamada concluyó abruptamente. La impactante revelación se produjo una semana después, cuando el empleado verificó la solicitud internamente.
La policía de Hong Kong ha respondido con rapidez, arrestando a seis personas vinculadas con la estafa. Además de robar identidades y presentar registros bancarios falsos, los estafadores utilizaron deepfakes en al menos 20 casos para burlar el software de reconocimiento facial. Este incidente resalta la creciente amenaza de la generalización de deepfakes en la sociedad actual, recordando casos recientes de falsificación de identidad de celebridades como Taylor Swift y el presidente Joe Biden. La proliferación de esta tecnología plantea desafíos significativos en la lucha contra el fraude y la seguridad.