En un sorprendente giro, Apple y Goldman Sachs han decidido poner fin a su colaboración, marcando el fin de una alianza de cuatro años que dio origen a la tarjeta de crédito de Apple. Aunque recientemente extendieron su acuerdo hasta 2029, la propuesta de Apple de finalizar el contrato en los próximos 12 a 15 meses plantea incertidumbres sobre el futuro de la Apple Card y la cuenta de ahorros de alto rendimiento.
Esta ruptura no parece afectar significativamente a Goldman Sachs, que ya había expresado su deseo de abandonar el negocio de préstamos al consumidor. La venta de la empresa de préstamos para mejoras del hogar, Green Sky, y la planeada terminación de la asociación de tarjetas de crédito con General Motors reflejan los esfuerzos del banco por volver a lo básico y enfocarse en su clientela principal.
Los problemas operativos, como el cronograma de pagos y la aprobación masiva de solicitudes, han plagado la colaboración desde el principio, generando frustración entre los empleados de Goldman y críticas por parte de los clientes. Mientras tanto, Synchrony Financial, rival original de Goldman, está considerando asumir el papel en medio de este cambio, lo que podría remodelar el panorama financiero para ambas compañías.
La incertidumbre sobre el futuro de la Apple Card y la cuenta de ahorros de alto rendimiento plantea preguntas sobre la estrategia a largo plazo de Apple en el sector de servicios financieros y cómo esta decisión afectará a los usuarios. La historia continúa evolucionando en un entorno financiero dinámico.