Investigadores de la Universidad Northwestern han creado un implante bioeléctrico del tamaño de una uña para detectar el rechazo de órganos trasplantados. El dispositivo, que se coloca en la cápsula renal del riñón, monitorea continuamente la temperatura y el flujo sanguíneo. Puede detectar aumentos de temperatura tan pequeños como 0.004 grados Celsius. Cuando se detecta una irregularidad, envía una alerta a través de Bluetooth a un smartphone o tableta, lo que podría ayudar a detectar el rechazo antes de que se vuelva grave.
Aunque inicialmente diseñado para trasplantes de riñón, el implante podría aplicarse a otros órganos como el hígado y los pulmones. Los investigadores afirman que su dispositivo detecta signos de rechazo tres semanas antes que los métodos actuales, como las biopsias. Aunque aún se necesita investigación clínica en humanos, esta tecnología promete mejorar la detección y el tratamiento de rechazos de órganos trasplantados.