La advertencia de la directora ejecutiva de YouTube, Neal Mohan, a OpenAI sobre el uso de videos de la plataforma para entrenar a Sora, su herramienta de IA de texto a video, ha generado un debate sobre el respeto a los términos de uso y la propiedad intelectual.
Mohan enfatizó que el uso no autorizado de contenido de YouTube, como transcripciones o fragmentos de video, violaría los términos de servicio de la plataforma. Según él, los creadores tienen la expectativa de que sus trabajos sean respetados cuando los publican en YouTube, y el uso indebido de ese contenido por parte de terceros, como OpenAI, no está permitido.
Por otro lado, Google, competidor de OpenAI y propietario de YouTube, ha sido más cauteloso en su enfoque. Su IA Gemini también necesita datos similares para aprender, pero Google afirma que solo utiliza videos con permisos otorgados en el contrato de licencia de cada creador.
La controversia se intensifica dado que OpenAI no pudo confirmar si Sora había aprendido de YouTube, Instagram o Facebook. La incertidumbre sobre cómo se entrena a Sora, junto con otras herramientas como ChatGPT y DALL-E, continúa, con informes que sugieren que OpenAI planea usar transcripciones de videos de YouTube para entrenar a GPT-5.
La situación plantea preguntas importantes sobre el uso ético de contenido en línea y la necesidad de respetar los derechos de los creadores en un entorno digital cada vez más automatizado.