¿Remasterizaciones Innecesarias? Days Gone y Horizon Zero Dawn Exponen el Exceso de PlayStation

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En los últimos días, se ha rumoreado que Days Gone (2019) se unirá a Horizon Zero Dawn (2017) en la lista de juegos remasterizados para la actual generación de consolas. Sin embargo, esto plantea una pregunta importante: ¿es realmente necesario remasterizar juegos que ya tienen una versión reciente, cuando podrían optimizarse con parches?

Un claro ejemplo de esta tendencia innecesaria es Days Gone, un título que, tras algunos parches en su lanzamiento, llegó a ser altamente valorado por su comunidad. En PlayStation 5 ya se puede jugar a 60 fps, lo que levanta más dudas sobre la utilidad de una versión “remasterizada”. ¿Realmente necesitamos una actualización para aprovechar el DualSense o mejorar su motor gráfico?

La práctica de PlayStation no va de la mano con el enfoque de Xbox, que ha demostrado que con simples actualizaciones de software, los juegos de generaciones pasadas pueden correr de manera impecable en su hardware actual, sin necesidad de reinventar la rueda. Títulos como Gears 5, Forza Horizon 4, Halo: The Master Chief Collection y Sea of Thieves han recibido parches gratuitos que desbloquean mayor resolución, mejor framerate y tiempos de carga más rápidos, sin obligar a los jugadores a comprar una versión nueva.

La cuestión aquí no es si las mejoras son atractivas, sino si son necesarias. ¿Por qué gastar recursos en remasterizaciones cuando los parches cumplen la misma función de manera más eficiente? Además, para los jugadores, la sobreoferta de versiones mejoradas empieza a parecer más un movimiento comercial que una verdadera innovación en la experiencia de juego.

De aquí nace la información:

PlayStation sigue apostando por remasterizaciones de juegos recientes, en lugar de enfocarse en revivir viejas franquicias que los jugadores llevan años pidiendo o en desarrollar secuelas tan esperadas como Days Gone 2. Esto evidencia que la compañía parece más centrada en sus propios intereses comerciales que en escuchar las demandas de su comunidad. Un ejemplo vivo, o mejor dicho, muerto: Concord.

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