Desde su lanzamiento, la Xbox Series S ha estado en el centro de la polémica debido a su enfoque centrado en la asequibilidad con un precio de $300. Sin embargo, hoy se destaca que la consola de próxima generación de Microsoft podría haber estado en lo correcto desde el principio.
A pesar de las críticas iniciales que sugerían que algunos juegos podrían evitar la plataforma Xbox debido a sus especificaciones aparentemente menos potentes, la Xbox Series S está demostrando ser una opción acertada. Quienes han optado por esta versión destacan su capacidad para ofrecer una experiencia de juego fluida, alcanzando 60 FPS en muchos títulos, a pesar de sus compromisos, como la ausencia de una unidad de disco y una menor cantidad de memoria RAM.
La flexibilidad en las políticas de Xbox ha sido clave, permitiendo a los desarrolladores optimizar juegos de manera más eficiente para la Xbox Series X|S. Un ejemplo notable es el caso de Larian Studios, desarrolladores de Baldur’s Gate 3, quienes lograron un aumento significativo del 34% en la optimización al portar el juego de PC a la Xbox Series S.
Este enfoque innovador de Microsoft, ofreciendo dos modelos diferentes, Xbox Series X y Xbox Series S, está demostrando ser beneficioso. Dispositivos similares, como la Steam Deck, también están incentivando la optimización de juegos al proporcionar hardware más asequible pero que requiere una atención cuidadosa.
La Xbox Series S se consolida como una entrada más accesible para los jugadores y ha desempeñado un papel crucial para mantener la base de instalación de Microsoft a la par con la PlayStation 5 en mercados clave. Este éxito desafía las críticas anteriores y sugiere que la estrategia de Microsoft está contribuyendo positivamente a la nueva generación de jugadores, brindando opciones accesibles sin comprometer la calidad de la experiencia de juego.